José Millaruelo Frontela (Zénit 2009)

José Millaruelo Frontela estudió Derecho en la Universidad de Valladolid. Después, para seguir la tradición familiar y como homenaje a su padre que también fue notario, ha opositado a notarías y desde hace unas semanas es notario en Villarcayo (Burgos). Recién casado con Jone. Viven en Bilbao.


En primer lugar, enhorabuena por doble motivo: tu reciente matrimonio y tu nombramiento como notario en Villarcayo (Burgos)
Muchas gracias por la doble felicitación. La verdad es que en muy poco tiempo han sido muchas las buenas noticias. Primero el aprobado en la oposición, que tuvo lugar tras el dictamen realizado el 28 de mayo y mi posterior compromiso a los pocos días de saber que definitivamente había superado totalmente la oposición.

Cuando uno tiene metas tanto personales como profesionales en la vida, las persigue aunque ello comporte muchos esfuerzos y sacrificios. ¿Estoy en lo cierto?
Desde luego que sí. A lo largo de la vida, desde que vamos adquiriendo uso de razón, vamos formado un plan de futuro. Una continua toma de decisiones que nos van orientando hacia donde cada uno quiere llegar, tanto personal como profesionalmente. Cada elección supone renunciar a todo lo demás en ese momento, sobre todo si nos entregamos totalmente a la opción escogida. Esa renuncia supone un sacrificio, porque implica dejar de lado otras opciones que en ese momento pueden sernos más inmediatas o más atractivas. Y el esfuerzo supone levantarse cada mañana, no dejarse llevar por cantos de sirena que nos desvíen de nuestro objetivo y perseverar ante las adversidades. En el caso de una oposición y particularmente, la de Notarías, en las que la media para superarlas es tan elevado, sacrificio y esfuerzo se convierten en sinónimos, un binomio que día tras día acaba imprimiendo carácter y forjando una personalidad muy marcada.

Creo no obstante, que sea cual sea el objetivo que nos marquemos, cuáles sean nuestras metas personales o profesionales, no llegaremos a buen puerto sin esfuerzo y sacrificio.

«Cada elección supone renunciar a todo lo demás en ese momento, sobre todo si nos entregamos totalmente a la opción escogida»

Tengo la impresión de que ha disminuido el número de estudiantes que, terminado su grado, opositan para poder servir a los ciudadanos desde sus profesiones, a tu juicio, ¿cuál es la causa?
La impresión es cierta. Si observamos las estadísticas, aunque el número de opositores en general es muy elevado, en las oposiciones tradicionalmente consideradas más “duras” (y lo entrecomillo porque considero que siempre entraña una dificultad añadida cuando son más el número de aspirantes que el de plazas, sea cual sea la oposición), la media para aprobarlas es de un elevado número de años, el cuerpo de opositores es cada vez más reducido. Por ejemplo, en el caso de Notarías y Registradores de la Propiedad, al ser un temario similar, los opositores coinciden firmando ambas convocatorias, lo que en verdad supone que sea un mismo grupo humano para dos oposiciones distintas.

Ya no se trata de acceder a un puesto fijo, sino que quiere compaginarse ese acceso con la inmediatez y en este caso sentarse a estudiar el primer día sabiendo que la media para aprobar ronda los siete años, desde luego puede parecer desalentadora. Parece no merecer la pena el esfuerzo y sacrificio de un buen número de años de estudio a cambio de ingresar en cuerpos tradicionalmente prestigiosos. Prima lo inmediato, conclusión, las oposiciones no están de moda.

A pesar del vértigo que pueda dar embarcarse en esta empresa, animo a todos los estudiantes de derecho, o que aún estén cursando estudios de bachillerato y se interesen por la rama jurídica, que no descarten opositar. Considero que es un buen momento y a pesar de lo que el mundo nos quiera vender, nunca está infravalorado el esfuerzo y el estudio. Todo lo que estudiamos, aprobemos o no, no cae en saco roto y ahora mismo se necesita de gente preparada, lo mejor posible, para servir en nuestra sociedad..

«Sea cual sea el objetivo que nos marquemos, cuáles sean nuestras metas personales o profesionales, no llegaremos a buen puerto sin esfuerzo y sacrificio»

Nos gustaría saber, en qué consiste el trabajo de un notario. Cómo se asciende en el escalafón.
Los notarios, tal y como señala el reglamento notarial son a la vez funcionarios públicos y profesionales del derecho. Este carácter híbrido hace que a veces sea complicado catalogar la función notarial y que coloquialmente se limite a decir que el notario “da fe”, lo cual es cierto, pero hay que desarrollar.

Muy resumidamente, el notario, como funcionario público, representa la fe pública, la presencia del Estado en las relaciones entre particulares. Por eso puede desconcertar que un funcionario público esté presente en el tráfico privado. Ello dota al sistema de una sólida seguridad jurídica y con ello de mayor celeridad en el tráfico. El notario, en esas relaciones jurídico privadas, realiza un control de legalidad de los negocios jurídicos y juicio de capacidad de los otorgantes que otorga una gran estabilidad al sistema.

Por otro lado, como profesionales, asesoran gratuitamente a las partes acerca de cuáles son los cauces jurídicos más adecuados para lograr de una manera satisfactoria sus pretensiones. Si a ello unimos la libre elección de notario por parte de los ciudadanos, nos movemos en un ámbito de libre competencia que ayuda a que cada uno preste el mejor servicio posible. En cuanto al ascenso en el escalafón, se realiza por estricto orden de antigüedad de ingreso en el cuerpo, con la excepción de las oposiciones entre notarios, lo cual supone que incluso dentro del cuerpo, se fomenta la continuidad en el estudio profundo del derecho, lo que redunda en beneficio del ciudadano.

Muchos de nosotros hemos conocido a tus padres –fallecidos prematuramente- y a tus hermanos. Es un buen momento para tener un recuerdo para ellos.
Siempre es un buen momento para recordarles a todos. A mi padre, también notario, quien con su ejemplo y amor por el derecho y por su trabajo, me sirvió de inspiración y modelo a seguir y sin el cual probablemente no hubiese acabado decantándome por el derecho y particularmente por el derecho privado. A mi madre, que a pesar de las dificultades por las que pasó nuestra familia tras el fallecimiento de mi padre, siempre me animó a seguir estudiando, sufrió conmigo cuando los resultados no eran los esperados y hasta sus últimos momentos priorizó mi estudio a su propia salud. Sin ella, llegar hasta aquí no hubiera sido posible. Y a mis hermanos y mi novia, ahora ya esposa, quienes durante toda la oposición y particularmente tras el fallecimiento de nuestra madre, me apoyaron en la última convocatoria en la que por fin superé todos los exámenes. También he de decir que, en los momentos más duros, me he apoyado en mi Fe, todo lo que he conseguido y gracias a todos ellos que me han sostenido, no habría sido posible si la Providencia no los hubiera puesto en mi vida.

«Animo a todos los estudiantes de derecho, o que aún estén cursando estudios de bachillerato y se interesen por la rama jurídica, que no descarten opositar»

Creo recordar que tu promoción es una de las más numerosas y que tenéis una excelente relación entre vosotros.
La promoción Zénit somos 37 antiguos alumnos a los que debemos añadir aquellos que aún no habiendo terminado el colegio en Peñalba, sienten el colegio como suyo y han participado de las actividades que la asociación organiza. De ello puedo dar fe como delegado de mi promoción. Ejemplo de ello fueron los diez años de promoción, en los que nos juntamos creo recordar más de cuarenta incluidos profesores. Ya están cerca los quince años y espero que no baje la participación. Todo ello no sería posible si no tuviésemos una buenísima relación entre todos nosotros. Al fin y al cabo, hemos compartido muchos años en el colegio y el poso que Peñalba ha dejado en nosotros, queda latente a pesar del paso de los años. También debo agradecer el trabajo incansable de la asociación por mantener viva la relación entre compañeros, más allá de los amigos más cercanos, que hace que siempre volvamos y veamos el  colegio con ilusión.

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